sábado, 3 de octubre de 2009

LA GRIPE AH1N1...

Mayo 9 de 2009

… o también conocida como la gripe o influenza porcina, que tiene atemorizado a más de medio mundo, es un buen ejemplo que me permite adentrarme en el mundo de los microorganismos, en los procesos evolutivos y en la capacidad de infección de los mismos.

Al igual que en los humanos, las plantas y los animales padecen de enfermedades causadas por microorganismos como virus, bacterias y bacilos. En la mayoría de los casos son microorganismos específicos a cada enfermedad y a cada especie; un porcentaje mínimo de esas enfermedades puede trasmitirse entre las especies, pero fundamentalmente eso depende de la capacidad de infección que adquieran los microorganismos principalmente sobre hospederos de fisiología similar (recuerden que con el cerdo compartimos el 98% de la estructura genética).

Los virus son quizá las especies “vivas” más simples que existen: son solo una cadena de ADN cubierto por una membrana, y están en el mundo con el solo propósito de multiplicarse, mediante la construcción permanente de duplicados exactos de su cadena de ADN (clonación) que se convierten en nuevos individuos.

La especie humana reproduce un ser (A veces dos, pocas veces tres y excepcionalmente más de tres) a partir de los 15 o más años de edad de los progenitores, y solo puede hacerlo en ciclos de nueve meses. Un virus está en capacidad de clonarse inmediatamente después de haber sido creado y lo hace en ciclos que duran apenas segundos. Es decir los virus crecen con un modelo de escala potencial (2 virus se duplican y la población ahora es 4, se duplican y son 8, luego 16, luego 32, 64, 128…etc.). Un solo individuo viral que apenas ha sido creado genera solo en cuestión de horas una población de miles de millones de individuos con las mismas características genéticas suyas. Una tasa reproductiva muy alta que deriva en una condición crítica: La tasa evolutiva de la especie es muy acelerada y por tanto su capacidad de adaptarse a cualquier medio es casi que infinita y en cuestión de días (mientras que los grandes mamíferos necesitamos decenas de miles de años, si lo logramos).

Entonces, cuando el hombre en su afán por destruir la población viral (y esto vale para el tratamiento en humanos, en cultivos o en ganado) aplica 1 dosis de antiviral a una población de 100 individuos de virus, lo más frecuente es que se destruyen efectivamente 99 y 1 queda “vivo”; es decir: ese que quedo vivo tiene la capacidad genética de resistir 1 dosis de antiviral, y se multiplicará, y generará un población de millones de individuos que tienen la misma capacidad de resistir el antiviral.

Entonces, cuando el hombre vuelva a aplicar 1 dosis de antiviral ya no matará ningún individuo, y el médico le recomendará que aplique dos dosis (o que duplique su concentración) y efectivamente destruirá de nuevo el 99% de los individuos y quedará vivo el 1% restante… y el ciclo se repite… y aparecen nuevas vacunas más fuertes y aplicadas en dosis mayores… y cada vez tenemos generaciones de virus que se convierten en SUPERVIRUS que resisten los antivirales más fuertes y aplicados con mayor severidad y que están en capacidad de infectar hombres y animales por igual.

El ejemplo es extremo pero descriptivo, ese es el proceso, con diferentes cifras pero así funciona. Y es igual para virus, bacterias, bacilos, etc. Y es por esto que los médicos exigen al paciente, cuando lo recetan con antivirales o con antibióticos, que por nada del mundo suspenda el tratamiento!!!! Lo que buscan es destruir el 100% de la población infecciosa, porque si queda 1 solo individuo vivo… ya sabemos lo que ocurre.

En este sentido personalmente prefiero el uso de vacunas a la aplicación de antibióticos. Las vacunas fortalecen el sistema inmunológico que permita que el cuerpo por sus propios medios y en forma eficiente combata los patógenos. Una vacuna no es más que la aplicación del mismo patógeno en pequeñas dosis no infecciosas que inician la creación natural de anticuerpos específicos para combatir el mismo; a veces las vacunas generan los síntomas de la enfermedad pero es un proceso normal. De ahí que no entienda yo la promoción mediatica y de mucho médicos respecto de la asepsia total en todas las actividades del hombre para “prevenir la pandemia del AH1N1”, considerando que este virus puede tratarse como una gripe normal. Para mí lo mejor sería infectarme, dejar que mi organismo genere sus propias defensas, sufrir un poco los síntomas de la enfermedad y quedar inmunizado para la misma. (Aquí también estoy exagerando un poco, obviamente una persona con baja capacidad de respuesta inmunológica podría morir si se infecta con AH1N1. Pero igual puede morir con cualquier otra infección medio severa que se le presente).

Finalmente les manifiesto mi conclusión: Ha sido el hombre y su ignorancia el responsable de la aparición de los agentes de las grandes enfermedades, de aumentar a límites inimaginables su capacidad de infección. Solo espero que esta gripe mal llamada "porcina", que puede tratarse como una gripe normal, no la convirtamos realmente en un agente pandemico de muerte, a pesar de que muchos medios de comunicación en el mundo ya lo hicieron.

Muchos abrazos y muchos besos para todos… sin miedo porque no estoy infectado.
PD: No dejen de besar y de abrazar por temor al AH1N1.


JAIME A.

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