jueves, 1 de octubre de 2009

"EL QUE SE METE DE SALVADOR...

Noviembre 21 de 2008

… termina crucificado”. Es un refrán bastante conocido en mi país y que me da pie para escribir esta nota de hoy, un perfecto complemento para la nota anterior sobre la culpa.

Para explicar el refrán desde el punto de vista del comportamiento humano describiré cada una de las dos partes que lo conforma. Aunque la frase hace alusión directa a Jesús, nuestro salvador, y a su tormentosa muerte, el salvador al que hacemos referencia hoy es bien diferente. En contexto de la teoría del guión mental, SALVADOR es aquel que:
Hace algo por alguien sin que se lo pidan, y
Ese alguien está en capacidad de hacerlo.
En pocas palabras hacer lo que otro tiene o debe hacer y sin que me lo pidan, es la descripción de nuestro personaje.
Y la última parte: “… termina crucificado”, se refiere a que normalmente la persona salvadora termina con problemas en uno de los cuatro aspectos evaluables: Salud, Economía, Amor y/o Relaciones, como consecuencia de sus actuaciones.

La teoría del Análisis Transaccional enseña que existe un mecanismo psicológico mediante el cual los seres humanos estructuran su tiempo y sus interrelaciones conocido como EL TRIANGULO DRAMATICO. Esta teoría describe que las relaciones humanas desde el inconsciente de las personas, como en un Drama Teatral, se basan en tres personajes típicos: EL SALVADOR, EL PERSEGUIDOR Y LA VICTIMA. Si analizan un poco la mayoría (por no decir todas) de las obras teatrales, novelas, telenovelas, guiones de cine, etc., se basan en las acciones de estos tres personajes. Exactamente lo mismo ocurre en la diario vivir y acontecer del mundo. Usted, que está leyendo este articulo, lo hace constantemente, o mejor: lo hacía!!! Porque espero que lo haga consciente a partir de este momento. Se juega al triangulo dramático en los hogares (Esposos, padres, hijos, hermanos), en los trabajos (jefes, compañeros, subalternos, clientes, proveedores, etc) y en general en donde quiera que se reúnan dos o más personas.

El bienestar lo encontramos cuando salimos del triangulo dramático, cuando dejamos de ser salvadores, perseguidores o víctimas. Nuevamente la invitación es a actuar y a tomar decisiones desde la claridad de la conciencia y con base en las metas o LOS PROPÓSITOS BÁSICOS (Ya tocaré este tema). De esta manera las evaluaciones de nuestras variables de bienestar serán mejor calificadas cada vez.

Un abrazo con mucho amor,



JAIME A.

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