jueves, 1 de octubre de 2009

EL HOMBRE, EL TERRITORIO, EL AMBIENTE...

Marzo 10 de 2009

… son los ejes centrales de cualquier política institucional que quiera desarrollarse respecto de los campos, zonas rurales, espacios verdes (o como pueda llamarse) de las ciudades.
Es mi consideración a partir de la experiencia vivida el pasado fin de semana durante la realización de un seminario taller para determinar los lineamientos de políticas públicas para la zona rural del municipio en que habito.

El hombre debe ser el eje central. La principal consideración se refleja en el hecho de que en el espacio rural habitan hombres y mujeres que obtienen su sustento de la explotación de su espacio, de su entorno inmediato, tradicionalmente y desde siempre. Una política pública adecuada debe impedir el desplazamiento de las familias rurales hacia los cascos urbanos, propender por proteger la producción agropecuaria y agroindustrial haciéndola acorde con el concepto de sostenibilidad ambiental y brindar las condiciones necesarias para el bienestar de la familia rural.

La política pública debe velar por la conservación del territorio, en cantidad y calidad. Hoy el municipio que habitó dice tener el 71% de su territorio como suelo rural. Era mi fantasía que la visión que redactábamos con proyección al año 2018 empezara así: “el 71% de nuestro territorio es rural”, es decir qué bueno que el área rural actual no se reduzca. ¿Será posible?

Finalmente el ambiente es el eje vital. En este sentido la tarea es Recuperar y Conservar los recursos naturales: El suelo: sustento de toda la vida del planeta; el agua: que constituye la mayor parte del planeta y de todos los organismos vivos; el aire: el medio en el que transcurre nuestra existencia; la flora y la fauna: Biodiversidad que permite una larga cadena alimenticia para nuestro sustento y placer; y finalmente el paisaje: que es un armonioso resumen de todos los anteriores y aportan la belleza a nuestra cotidianidad.

Por el momento los invito a reflexionar sobre las anteriores ideas y a que establezcan sus propias políticas respecto del manejo de sus barrios, vecindario, casa, jardín, habitación, en fin cualquier espacio en el que desempeñemos actividad, ese espacio es susceptible de tornarse ambientalmente sustentable.

Les envío en solidario abrazo, reconociéndome parte de la fauna terrenal.



JAIME A.

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