miércoles, 30 de septiembre de 2009

TIEN TI REN...

Octubre 8 de 2008

… es el nombre del principio filosófico del universo para los chinos. Esta visión se conoce también como la TRINIDAD COSMICA pues fundamenta el orden cósmico en tres niveles que rigen la dinámica del CH’I (la energía vital), estos tres niveles son: EL CIELO o La Suerte del Cielo, LA TIERRA o La Suerte de la Tierra Viviente y EL HOMBRE o La Suerte del Hombre.

Este orden del universo propuesto, a través del cual fluye la energía creadora se representa en los trigramas (tres líneas) que definen el BAGUA en el Feng Shui (El Bagua presenta ocho trigramas).



La línea superior representa el cielo, la línea de abajo representa la tierra y la del centro representa al hombre.

Es el momento de pedir disculpas pues la lectura de este tipo de conceptos puede tornarse pesado, sin embargo es una introducción necesaria para entender mejor la parte que viene: y es la descripción de cada uno de los niveles, de los que pienso que representan una buena base para entender el proceso de trascendencia de nuestros espíritus.

1. LA SUERTE DEL CIELO: Es la suerte con la que venimos al mundo y es asignada previamente por el ser supremo, por la esencia divina, por el cielo… (No está relacionado con ningún principio religioso en particular, cabe en cualquiera de sus concepciones). A esta suerte se le conoce popularmente como: KARMA, DESTINO. SINO… está escrita y no puede modificarse. Esta suerte nos hace experimentar o vivir en este mundo todo lo que nuestros espíritus necesitan aprender en búsqueda de la verdad, que es el camino de la trascendencia.

2. LA SUERTE DE LA TIERRA: Es la suerte determinada por el flujo de la energía a través de los elementos del planeta. Esta suerte podemos modificarla con la práctica del Feng Shui para aprovechar al máximo el flujo energético en el ambiente que influye en nuestras vidas y cuerpos, y evitar la influencia de energías negativas.
3. LA SUERTE DEL HOMBRE: Es la suerte del flujo de nuestro propio espíritu, que nos guía en la toma de las decisiones diariamente y en las actitudes asumidas ante cada situación de vida; que nos permite aprender a reaccionar ante cada emoción experimentada y a asumir las consecuencias de nuestras acciones. Esta suerte es bastante manejable y depende de nuestros deseos de aprendizaje que nos lleva a la reflexión, al estudio, al trabajo, a la armonía con los otros seres vivos y con el ambiente.

Como conclusión de esta nota que nos quede: que el éxito de cada vida depende del aprendizaje realizado que le permita trascender hacia niveles superiores. Ese aprendizaje depende principalmente del deseo de superación y crecimiento personal (suerte del hombre); en segundo lugar, de nuestra relación con el medio (Suerte de la tierra, Feng Shui) y, finalmente, de lo que nos depara el destino (suerte del cielo).

Un Abrazo para todos.


JAIME A.

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