miércoles, 30 de septiembre de 2009

LA SUERTE DEL CIELO...

… tal y como quedó descrita en el artículo de octubre 8, puede pasar un poco desapercibida. Hoy quiero detenerme un poco en la explicación, o mejor aún en la implicación, de este concepto, pues considero que, con total certeza, nos puede brindar una proyección mas amplia del pensamiento y un camino más hacia la depuración mental.

No es gratuito o azaroso que cada uno de nosotros estemos en los lugares, tiempos y ambientes en los que vivimos, no es aleatoria la familia en cuyo seno nacimos y crecimos, no es por suerte que nos pasa lo que nos pasa… Todo, absolutamente todo, está predeterminado. Y obedece a un plan, guión, estrategia, tarea (como quieran llamarle) preconcebido para someternos, en un proceso de aprendizaje, hacia la trascendencia del espíritu.

Partiendo de esta premisa es estrictamente necesario que entendamos que todo lo que nos ocurre, cada situación de la vida, cada relación, cada acción o cada omisión, representa para nosotros una lección de la cual tenemos que aprender algo.

Y he aquí la parte quizás más ilógica o irracional o increíble… es por todo eso que nuestra actitud hacia la cotidianidad de nuestras vidas es la ACEPTACIÓN. Si, la actitud es la aceptación y no la reacción.

Es fácil aceptar cuando te ganas una lotería, cuando tienes unos excelentes ingresos, cuando tienes una gran casa, una buena empresa, una bonita familia, cuando gozas de excelente salud, cuando no tienes problemas en el amor…

Pero el verdadero reto es aceptar igual la calamidad. Aceptar que te chocaron el vehículo, que te caíste en un hoyo y te rompiste una pierna, que no tienes empleo, que te robaron, que sufres alguna invalidez…

Es en la situación de calamidad cuando tendemos a reaccionar, normalmente con actitudes inconcientes, que nos generan más calamidad en lugar de crecimiento y solución. Acepte todo lo que le pase, estudie que está haciendo mal y corrija. La mejor prueba de que está actuando bien es cuando la calamidad comienza a solucionarse (si tiene solución, porque si no la tiene la prueba es que dicha situación no lo altera en su estado de ánimo, la máxima prueba de aceptación).

Estamos realmente en crecimiento cuando nuestra salud, nuestra economía, nuestras relaciones y/o nuestro ambiente crecen; cuando nuestra paz interior se impone a la reactividad; cuando cada vez nos alteramos menos ante cualquiera, óigase bien, ante cualquiera circunstancia de vida.

Finalmente, para las personas que manejamos alguna conexión religiosa con la divinidad, es bueno manifestar gratitud por las oportunidades de crecimiento que nos brinda la vida en cada suceso cotidiano, por calamitoso que sea.

Hasta pronto,


JAIME A.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

DEJA AQUI TU COMENTARIO.
ES IMPORTANTE PARA NOSOTROS.